Greenlee: García Linera impidió que EEUU recompensara a Bolivia por entrega de misiles chinos
El ex diplomático, ahora jubilado, estuvo a cargo de la embajada estadounidense entre 2003 y 2006. “Le dije a Evo que Rodríguez Veltzé sabía sobre la entrega de los misiles chinos a Estados Unidos”, reveló en una entrevista en 2007. El ex presidente que hoy es el agente de Bolivia ante La Haya, fue exonerado del juicio sobre el caso.
David Greenlee, ex embajador de los Estados Unidos en Bolivia durante el periodo 2003-2006 (foto), reveló en una entrevista con el estudiante John Stuart, que el vicepresidente Álvaro García Linera se opuso a que el país del norte compensara con dinero a las Fuerzas Armadas de Bolivia por la entrega de 28 misiles chinos, los cuales formaban parte del arsenal nacional hasta octubre de 2005. La entrevista fue realizada el 19 de enero de 2007 dentro de la Asociación de Estudios Diplomáticos que patrocina un proyecto de historia oral. La transcripción de la extensa entrevista está disponible en internet.
Según el testimonio de Greenlee, en 2006, el entonces ministro de Defensa, Walker San Miguel, sugirió recuperar para Bolivia los fondos que Estados Unidos había ofrecido a cambio de la entrega de los misiles chinos conocidos como MANPAD (sistema de defensa portátil a cargo de un hombre, por sus siglas en inglés). Según el investigador Jim Schutz, el monto era de 400 mil dólares.
El interés de Estados Unidos para despojar a Bolivia de esas armas era evitar que los lanzadores ligeros caigan en manos de posibles “terroristas”.
La decisión de aceptar o rechazar la compensación fue tomada en una reunión en la que participaron Greenlee, el Presidente Morales, el Vicepresidente y el citado Ministro de Defensa. El ex diplomático recuerda aquella escena con las siguientes palabras: “Le pregunté a Morales si podíamos actuar en ese sentido, pero antes de que pudiera responder, su vicepresidente, Álvaro García Linera, movió su cabeza negativamente y ese fue el fin del asunto”. De ese modo, la compensación no pudo ser consumada.
La transferencia de los misiles adquiridos de China en 1987 ocasionó una agria controversia entre 2005 y 2006. Evo Morales, entonces diputado, denunció el hecho como un acto de traición a la Patria debido a que se entregaba armamento nacional a una potencia extranjera. El juicio contra los operadores de la entrega concluyó en 2017 con sentencias leves de entre dos y tres años para los acusados. Eduardo Rodríguez Veltzé, el Presidente bajo cuyo mando se realizó la entrega, fue exonerado del proceso por la Asamblea Legislativa. Actualmente cumple las funciones de agente de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia.
El testimonio de Greenlee es muy esclarecedor. En la entrevista, disponible en idioma inglés en la web, Greenlee dice que cuando el ya posesionado Presidente Evo Morales le preguntó en 2006 si su antecesor, Eduardo Rodríguez Veltzé (foto), conocía sobre la entrega de los misiles chinos, su respuesta fue afirmativa. Sin embargo, en la misma entrevista, Greenlee no parece estar tan seguro.
Las tratativas llevadas a cabo el año 2005 son narradas por Greenlee del siguiente modo: “Estuvimos durante varios meses en diálogo con las Fuerzas Armadas bolivianas acerca de sus inestables MANPAD. El diálogo no estaba activo en el inicio de la presidencia de Rodríguez, sin embargo un día, sin el involucramiento y ni siquiera el conocimiento de Rodríguez, un miembro del alto mando militar sugirió que los ayudemos a resolver el problema de los misiles. Él pidió a cambio que nosotros proveamos camiones Ford que podían usarse para transportar tropas y equipamiento. Después pidió un pago para los militares, no para él, en reconocimiento de la cooperación de Bolivia en la lucha contra el terrorismo. Esta compensación monetaria iba a reemplazar a los camiones e iba a ser usada para comprar equipamiento necesario. El asunto ya estaba acordado”.
Sobre el grado de conocimiento del Presidente de entonces, el ex embajador afirma cauteloso: “Yo creo que Rodríguez fue informado sobre esta iniciativa, aunque probablemente no en detalle. Los contactos de la embajada fueron con oficiales de alta graduación. Lo que sí está claro es que Rodríguez no conocía la fecha de la transferencia de los misiles y quizás también desconocía sobre la compensación acordada. Quizás él pensó que después iba a tener la posibilidad de mirar el asunto más en detalle. Lo que sé es que él estaba fuera del país, en Brasil, cuando se efectuó la transferencia. Para nosotros ese fue un asunto operativo, técnico, no político. Nosotros asumimos que Rodríguez había sido debidamente informado por los oficiales de alta graduación, pero aparentemente ese no era el caso. Lo que puedo concluir es que su propia cadena de mando militar le falló al no informarle”.
Lo desconcertante del caso es que a pesar de esas dudas, Greenlee se haya atrevido a decirle a Morales que Rodríguez sabía del hecho por el que fueron juzgados diez autoridades civiles y militares.
Las dudas posteriores de Greenlee son confesadas en la entrevista de este modo: “Cuando Morales me preguntó si Rodríguez sabía acerca de los misiles, yo le dije que sí sabía. Ahora pienso que solo sabía de ello en términos muy generales. O quizás supuso que los misiles iban a ser destruidos en Bolivia”. El armamento ligero fue sacado de Bolivia por un avión C-130 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos a principios de octubre de 2005.
La pérdida de los misiles por la entrega voluntaria acordada con los altos mandos fue denunciada meses después. Greenlee lo recuerda de este modo: “Entre tanto, alguien entre los militares, me informaron que fue el ex comandante César López, filtró información sobre la transferencia a Evo Morales y al MAS. Ellos fueron rápidos al describir el hecho como una traición. Los fondos estaban disponibles para los militares, pero ya nadie quería tocarlos y los militares que sugirieron la transferencia de armas no quisieron aparecer a la luz pública. Ello dejó a Rodríguez solo. Rodríguez se quejó conmigo muy amargamente de que él no había sido informado en relación a los acuerdos sobre los misiles. Le respondí que no era nuestra responsabilidad entregar los datos a su propia cadena de mando. Ahora me arrepiento de no haberle informado personalmente sobre los detalles operacionales acerca de los cuales sus altos oficiales estaban plenamente informados”.
¿Por qué Estados Unidos decidió gestionar la entrega de los misiles? El ex embajador lo cuenta así: “Durante el gobierno de Eduardo Rodríguez Veltzé, decidimos ayudar a Bolivia a desactivar algunos misiles aire/tierra que se habían deteriorado al extremo de ser considerados inseguros. Su almacenamiento seguro y su monitoreo se había convertido en un reto para los militares bolivianos. Tras los ataques del 11 de septiembre surgió una presión internacional para reducir el número de estos misiles. Había el peligro de que cayeran en manos de terroristas. No solo fue una iniciativa de los Estados Unidos, sino también de la OEA”.
Arrepentido de algún modo por haber inculpado a Rodríguez Velzté, Greenlee buscó salvarlo de un eventual juicio. “Consultado por la prensa sobre Rodríguez, yo dije que él estaba entre las personas más decentes y honorables con quienes tuve contacto en mis 32 años de servicio público. Esa fue noticia de un día, lamento no haber podido decir más”, sostiene el ex embajador.
De acuerdo a un reporte elaborado para "Democracy Center" por Jim Schultz (foto), los misiles fueron parte de una compra más grande por parte del ejército de Bolivia gestionada en 1986. Schultz califica el paquete de lanzadores como una "yapa", palabra aymara y quechua que se usa para aludir a un regalo del vendedor al comprador en señal de gratitud. Bolivia invirtió dos millones de dólares por todo el lote y los endosó a una deuda con China.
Según Schultz, en 2004 el ejército habría intentado probar los misiles con un resultado desastroso. Ese primer ensayo generó terror entre los participantes porque el proyectil salió disparado sin una dirección determinada, poniendo en riesgo vidas e infraestructura. La segunda prueba fue peor, no hubo activación. Al parecer las baterías se habían agotado. Ello llevó a decir que el estado de los misiles era defectuoso y que eran un peligro en manos inexpertas.
Schultz señala además que el 30 de septiembre de 2005, las Fuerzas Armadas de Bolivia y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos habrían firmado un documento de cooperación recíproca en el que Estados Unidos se comprometía a entregar al país 400 mil dólares en reconocimiento por su lucha contra el terrorismo. Ese dinero nunca fue entregado.