Tres horas con Gabriela
José Luis Colque Jiménez podría ser hoy primordial motivo de envidia entre sus colegas. El pasado 11 de febrero entró a la cárcel de mujeres de Miraflores para hacerle una entrevista a Gabriela Zapata Montaño, la ex pareja del Presidente. Aquel debió haber sido su instante de consagración en el firmamento del periodismo boliviano. La primicia que todos estaban buscando estaba ahí a escasos minutos de conquistarse. Bueno, minutos no, bastante más tiempo. Llegó a las 14:40 de ese sábado y tardó una hora en instalar un improvisado estudio de televisión en el pasillo del primer piso. Intuyo que la policía tuvo que bloquear el acceso al lugar para eludir interrupciones. La cámara de Colque tuvo en su lente a Zapata durante otra hora. Bingo.
No satisfecho del todo con su fortuna, nuestro reportero regresó al penal el miércoles siguiente, un poco más temprano. Seguramente hubo algo que se le olvidó preguntar y pudo prepararse mejor para esta segunda ofensiva. Ingresó a la prisión el 15 de febrero para continuar con la faena. Esta vez también lo acompañaba el camarógrafo Christian Ludwig Revollo. Las pruebas de luz y sonido le volvieron a consumir una hora. Cuando ya daban las 12:10 del mediodía, empezó a formular sus nuevas interrogantes. Esta fase de la conversación duró el doble de tiempo, dos horas más. Así lo certifica con su firma la subteniente de policía Lizeth Aguayo Escalera. Los informes de las dos incursiones periodísticas fueron remitidos este mes al poder ejecutivo por el director de penitenciarias.
Lo extraño del caso es que en los días de su primicia, Colque, según se ha aclarado oficialmente, no trabajaba para el canal estatal de televisión, medio en el que desempeña ahora sus labores en Cochabamba desde el lunes 20 de marzo. Es posible que en febrero haya estado usando los equipos de la radio Kausachun Coca del Chapare, desde donde además de dirigir la emisora, asesoraba a la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa. Colque no es un periodista más vinculado al gobierno; y es que no se llega a dirigir la principal radio del movimiento cocalero por azares de la vida. Para ello hay que gozar de la confianza suprema de las autoridades. Esa puede ser también la razón por la cual la entrevista de tres horas que consiguió con Zapata, haya contado con tanta cooperación policial.
Nada habría de peculiar si no fuera que Colque tuvo que dar por perdida su primicia. Solo seis días después de la extensa grabación en la cárcel, ésta era anunciada como “entrevista exclusiva” por ATB, un canal privado con el que el autor del trabajo no parece tener conexión preferente alguna. El director de contenidos de dicho canal dijo después que él hubiera lucido su mejor corbata si le daban la oportunidad de entrevistar a Zapata. Como no se la dieron, tuvo que comprar la entrevista de Colque. De modo que el ex director de Kausachun Coca, el ex asesor de las Bartolinas y el actual consultor del canal estatal, decidió en algún momento canjear su logro por billetes. Quizás tenía alguna deuda urgente por pagar. Se resignó al anonimato remunerado, aunque al final no lo consiguió. Gracias al Ministerio de Gobierno ya sabemos su identidad. Un par de preguntas para el cierre: ¿por qué tenemos que conformarnos con ver la versión mutilada de la entrevista?, ¿no deberían estar las tres horas de la charla en los archivos judiciales del caso?, ¿no le corresponde ahora al canal estatal, que ha tardado tanto en contratar al periodista más ducho en evadir los controles de una cárcel, difundir el material sin recortes?