Ñancahuazú 1966: ¿Quién tuvo la razón?, ¿Monje o el Che?
En 1972, el periodista italiano Roberto Savio produjo un documental titulado: "Reportaje sobre un Mito: La Causa del Fracaso".
En sus imágenes, los espectadores pudieron rastrear los caminos de Ernesto Che Guevara en Bolivia. Uno de sus principales entrevistados es Mario Monje Molina (fotos), quien en 1967, el año de la muerte del Che, era secretario general del Partido Comunista de Bolivia (PCB).
En una entrevista con el Che en el campamento de Ñancahuazú, realizada el 31 de diciembre de 1966, Monje le negó su ayuda con lo que quedó virtualmente condenado por los seguidores del guerrillero, quienes lo calificaron como traidor a la revolución.
Sin embargo, la revolución no se produjo y el Che perdió la vida diez meses más tarde. Lo valioso de la entrevista de Savio es que le da la palabra a uno de los bolivianos más denostados de la Historia. ¿Quién tuvo la razón en ese momento?, ¿la historia absolverá al boliviano?
Mario Monje nació en Los Yungas de La Paz en 1929 (Irupana) y murió el 15 de enero de 2019 en la capital de Rusia, Moscú.
Lo que dice
Acá transcribimos lo dicho por Monje en la citada entrevista:
"Yo lo conocí (al Che) el año 1962. Nos volvimos a entrevistar algunas veces el año 1963, y el 64. Es importante señalar la entrevista con el Che y luego una con Fidel el año 1964. El Che era uno de los personajes convencidos de que en Bolivia no podían hacerse guerrillas. Eso lo declaraba el año 1964, al recordar el tiempo de permanencia que tuvo en este país más o menos el año 1952. Él creía que no era posible que una guerrilla triunfara en Bolivia y consideraba que nuestro país debiera tratar de entender o en cierto modo esperar que la revolución se realizara en otros países. Fidel también compartía este criterio y aconsejaba desarrollar una política de reformas y esperar el triunfo de la revolución en algunos países vecinos.
El año 1965, viajé a La Habana, los últimos días de ese año. En esa oportunidad realicé una entrevista con Fidel en febrero, el Che ya no estaba en Cuba, pero yo me imaginaba donde se encontraba o por lo menos de donde había salido., supe en esa oportunidad que él había marchado hacia el Congo cuando hizo su despedida de modo tan espectacular por esa carta pública que la conoce todo el mundo.
Hablamos con Fidel y él se preguntaba cual era la razón por la que el Patido Comunista de Bolivia (PCB) empezaba a preparar sus cuadros militares. Entonces yo de manera improvisada, pero tratando de interpretar la posición de mi partido, le manifesté que nosotros tratábamos de preparar a nuestro partido para situaciones que podían presentarse en nuestro país en cualquier momento. Manifesté que no me inclinaba por el problema guerrillero y sí me inclinaba por la insurrección o el levantamiento popular en nuestro país, que es muy característico, ahí están las experiencias. Fidel siempre sostenía que lo importante era el foco guerrillero, él aconsejaba que había que comenzar de todas maneras con el foco guerrillero.
En mayo de ese mismo año (1966) tuve una nueva entrevista con Fidel. Esa vez no discutimos el problema de las posibilidades de la revolución en Bolivia, por lo que yo estaba convencido del camino que había de seguirse en este país. Él simplemente me planteó la necesidad de que en nombre del internacionalismo proletario nosotros podríamos proteger y garantizar el paso de un revolucionario conocido mutuo y de quien no podíamos dudar de su firmeza y de su fidelidad. Que ese revolucionario deseaba retornar a su país y que desgraciadamente tenía que pasar por el nuestro. Entonces pedía que nosotros lo ayudáramos, yo acepté, me parecía que era mi obligación ayudar al paso de un revolucionario por este país. No sabía exactamente de quién se trataba, pero me imaginaba. Era mayo de 1966. En el mes de agosto, se me planteó la posibilidad de una entrevista con el Che. Yo me sentí feliz de poder hablar con el Che, pero les respondí que no era el momento, le hablo de agosto.
En septiembre surgen algunas malas interpretaciones o incomprensiones entre nosotros y los cubanos. La presencia de (Regis) Debray, en cierta medida nos coloca en una situación incómoda, yo soy muy susceptible y creo que él es parte de una cosa extraña, que en realidad están violando ciertas relaciones que hubo, se estaba presionando para que en cierto modo nuestro partido pudiera ingresar a la lucha. Frente a esa situación, la dirección del PCB decidió manifestar de que la revolución boliviana tenia que ser dirigida por los bolivianos. Considerábamos que los bolivianos estaban en condiciones de resolver sus propios problemas, y con esa misión yo partí de Bolivia los primeros días de noviembre, llegué a La Habana en diciembre y hablé con Fidel. Como respuesta a estos planteamientos, Fidel me propone una entrevista con el Che fuera de Bolivia, él me señaló que el Che no se encontraba en Bolivia y que la entrevista podría ser en un lugar fronterizo. Yo llegué a Bolivia el día 24 de diciembre con la seguridad de que tendría que volver a salir para una entrevista con el Che, aunque yo ya suponía que el Che estaba en Bolivia. Muchos elementos de juicio me hacían suponer que en realidad se estaban trabajando de un modo no muy claro.
La entrevista con el Che de alguna manera me dio la pauta (31 de diciembre, en Ñancahuazú), él comenzó manifestando que era necesario hacer algunas aclaraciones de parte de él para que pudiera haber un clima de sinceridad en la discusión sobre los problemas que se iban a conversar y concretamente él dijo: "Quiero pedirte disculpas, te hemos engañado, no pudimos explicarte nuestros planes, sé que no has podido entenderte con el compañero cubano que estaba aquí, él es más militar que político, no te podía comunicar todo, pero estamos aquí y esta región es mi territorio liberado".
Entonces de un modo concreto, yo le planteé la necesidad de que la revolución boliviana debiera ser dirigida por los bolivianos, más concretamente que se creara un organismo, donde no solamente esté el PCB, sino otras organizaciones revolucionarias para llevar adelante la revolución y yo estuve dispuesto a someterme a esa dirección, pero no consideraba correcta la actitud de parte de ellos, tomando en cuenta los problemas nacionales e internacionales que estaban en juego.
Ellos no habían llevado en cuenta esa situación, era comprensible porque cuando discutíamos el problema de la dirección, él mismo planteó de que él había tenido bastante experiencia, había visto lo que había ocurrido en el Perú en 1963, en la Argentina en 1964, lo que pasó en el Congo y que él consideraba que ellos debían encabezar la revolución, que no podían subordinarse a otra fuerza ya que ellos estaban en condiciones de llevar adelante. Y que habían elegido a este país porque habían hecho alguna evaluación de algunas características, primero un ejército débil, un gobierno reaccionario como el de Barrientos, una burguesía débil que podía ser derrotada, pero además su intención original de ir a la Argentina, o después al Perú, no había sido posible, porque en la Argentina no existía nada, no tenían ellos un aparato, no tenían quién los reciba, en el Perú, menos.
Más bien las noticias que ellos recibían era que la situación allá no era lo más favorable y la noticia diferente de que en Bolivia, los comunistas nos preparábamos para una situación. Yo tengo la impresión de que en cierta manera de que el Che querían convertirse en el fulminante de una dinamita que la preparábamos nosotros. Quiso aprovecharse de una situación que la estábamos preparando nosotros, preparando nuestros propios cuadros con la ayuda de ellos, inevitablemente. Y tratar de arrastrarnos mediante esa situación a una lucha que, se puede explicar de una manera más clara, cuando un ayudante de él decía que nosotros no teníamos más alternativa que sumarnos nosotros a esa lucha.
Yo le expuse al Che el criterio que yo tenía sobre la revolución boliviana, que ya le había manifestado a Fidel casi un año antes y también había ido repitiendo mucho antes. Le planteé la necesidad de levantar a nivel nacional una organización, un partido capaz de impulsar una revolución en un momento de crisis, cuando haya ciertas condiciones.
Entonces él me dijo: "Yo no te puedo dar la dirección revolucionaria porque tú no crees en la guerrilla, tú tienes planes diferentes, tú estás preparando un levantamiento de carácter nacional, sin fecha, esperando la presentación de algunas contradicciones".
Yo le dije: "Sí,, tú me entiendes, así yo pienso, porque no creo que esto pueda llevar a la revolución".
Entonces continuó la conversación, se hizo un círculo vicioso porque él seguía argumentando sobre sus puntos de vista y yo sobre los míos y él anotó eso de que en efecto no podíamos entendernos. Que hablábamos dos cosas diferentes.
Yo le dije, soy consciente y muy sincero de lo que estoy haciendo y "sé que a veces hay que asumir estas posiciones tomando en cuanta el propio proceso que se sigue en el futuro. Si tú triunfas con la revolución, yo iré al canasto de aquellos que se han considerado revolucionarios pero que en el momento decisivo no han sabido jugar su papel. Yo conozco a un Kautsky, a un Bernstein, a un Trotsky, y no me extrañaría que por no comprender la situación de este país, pueda llegar a esa situación, pero aún así creo que puedo comprender mejor que tú el problema boliviano".
La explicación no es muy difícil, primero para la protección del paso de algunos revolucionarios por este país, yo entregué a algunos compañeros a colaborar al compañero cubano que estaba en este país y además acepté que ellos pudieran transmitirnos sus experiencias y ellos utilizaron esos contactos para reclutar a los camaradas de mi partido en función de su propia posición política.
Si ustedes examinan con seriedad y responsabilidad todos los documentos no van a encontrar un lugar donde exista un compromiso del PC o de cualquier militante individualmente para colaborar con la guerrilla del Che en el país. No hay. Es más, al comenzar su diario, el Che habla sobre la posibilidad de ganar al partido a la guerrilla, él, en su diario muestra la existencia de dos líneas, una del partido y una dentro, cuando les plantea la alternativa a nuestros militantes. El diario del Che, el diario de Pombo, plantean en ese sentido. Es más, Pombo en su diario manifiesta que el PCB y yo dudábamos de la guerrilla, descartábamos la guerrilla y sin embargo el Che se aparece en este país.
Qué es lo que puede explicar toda esta situación. Habrá que llevar en cuenta lo ocurrido en el Congo, habrá que llevar en cuenta el tiempo transcurrido desde su desaparición en Cuba, habrá que llevar en cuenta una situación de explicación ante la propia opinión pública. Él mandó su carta no para venir a Bolivia, él mandó su carta de despedida para el Congo y él no podía pensar, ningún revolucionario puede pensar que va a ir primero al Congo, va a vencer y luego va a venir a nuestro país, y nuevamente va a vencer, no, se supone que él iba allí y que ahí tendría que entregar su vida, cosa que no ocurrió por una serie de factores. Y entonces se ve obligado a tener que salir del África, y buscar una salida. Él mismo me dijo en la conversación: "Yo a Cuba no podía volver", para mí se había cerrado eso, yo me había despedido a paso marcial, entonces tenía que buscar otro lugar para aparecer, y Bolivia se presentaban las condiciones por algunas cosas que ellos llevaban y por el hecho de que nosotros estábamos en proceso de preparación. Ellos lo conocían.