¿Y ahora?: diez ideas para encarar el triunfo del No en Colombia
La victoria, por 60 mil votos, del No en Colombia ha sido una bofetada monumental para la guerrilla, Santos, la llamada comunidad internacional, los encuestadores y todos los que apostamos por esa salida.
¿Qué pasará ahora? Veamos las cosas con algo de calma:
1. El triunfo del No es un rechazo a los Acuerdos de La Habana. No significa que la mayoría quiera proseguir con la guerra. Significa que no admite las concesiones hechas a los guerrilleros. Los quieren ver dejar sus fusiles, pero les niegan las ventajas que consiguieron en la negociaciòn.
2. En tal sentido, los acuerdos firmados ya no pueden cumplirse. Una de las partes, en este caso, el Estado colombiano, acaba de retroceder en su intención inicial de otorgar concesiones a las FARC. Santos no podrá poner en marcha la amnistía, la entrega de diez escaños en 2018 o el reparto de tres millones de hectáreas en los próximos diez años.
3. Como una de las partes, el Estado, no podrá cumplir sus compromisos, la pelota está en la cancha de las FARC. Ellas pueden dejar unilateralmente la lucha armada sin esperar nada a cambio o proseguir con la guerra. ¿Para qué harían lo primero si no ganan nada?
4. ¿Renegociar el acuerdo?, ¿para qué? Si las negociaciones se retoman, tendrán que interpretar la voluntad de los electores. Sin embargo, eso no es posible. El acuerdo ha sido rechazado en bloque, sin matices. No hay forma de saber qué tipo de reforma sería aceptable para la mayorìa que optó por el No.
5. Cualquier nuevo acuerdo tendría que endurecerse en perjuicio de la guerrilla. ¿Hasta dónde?, ¿en qué grado? No hay manera de medirlo.
6. ¿Qué papel juegan ahora los impulsores del No?, ¿deberían negociar ellos ahora? Pero si no son gobierno. ¿Santos tendría que recibir el asesoramiento de Uribe para una nueva ronda de negociaciones? Tampoco tiene sentido. Uribe no es portador de un mandato concreto, solo encarna una vaga corriente de repudio. Él tampoco está autorizado para imponer su agenda porque ésta ha surgido en el seno de su partido y no necesariamente representa a la mitad más uno de los ciudadanos.
7. En tal sentido, no parece haber una salida inmediata. Si las guerrillas no se desmovilizan ahora, seguirán sedientas de recursos para subsistir. Necesitarán seguir secuestrando o traficando con drogas. El reinicio de los combates parece inminente si es que no se toman medidas alternativas. Colombia parece, en efecto, otra vez, en un callejón sin salida.
8. Iván Duque, Carlos Holmes o el propio vicepresidente Germán Vargas Lleras se perfilan como los candidatos favoritos en 2018. Cualquiera de ellos necesitará el respaldo de Uribe para ganar, porque si algo ha quedado claro este domingo es que el ex Presidente se ha convertido en el factor político dominante.
9. No cabe duda que las guerrillas son el desatino histórico más grande de la izquierda en América Latina. Si éstas no triunfan como ocurrió en Cuba o NIcaragua, solo les queda inclinarse hacia la delincuencia para subsistir. En los países en que han conseguido arraigarse y organizar ofensivas significativas, solo han logrado desprestigiar sus ideas. Perú y Colombia son el ejemplo más palpable de ello.
10. ¿Puede haber un nuevo acuerdo y otro plebiscito? Estas negociaciones con las FARC demoraron 4 años. Hoy el punto de partida es menos auspicioso que en 2012, hay una mayoría en contra y una clase polìtica debilitada y dividida. Endurecer el acuerdo actual no garantiza éxito alguno. Toca, como dicen los colombianos, ponerse a estudiar todo de nuevo