Cerco a Lima
Escrito antes de la elección de Humala.
El Perú ha iniciado un viraje, aunque no se sabe bien hacia dónde. En 2006, Ollanta Humala obtuvo un 31%, seguido por Alan García (24%) y Lourdes Flores (23%). Cuatro años después, Humala repite el resultado (31.8%), pero hay un nuevo actor, Keiko Fujimori (23.3%). Primer dato entonces: hoy, el 55% de los peruanos camina en dirección opuesta a Vargas Llosa y ha apostado por fastidiar a sus élites tradicionales. Tal, la novedad de estos comicios. En 2006, la suma era inversa, estaba Humala, pero los demás alcanzaban para hacerle frente, con lo cual Alan fue electo en la segunda vuelta. Ahora, Humala y Fujimori tienen que competir por hacer un severo ajuste de timón, aunque para ello necesitan atraer al voto más conservador, que los empujará a moderar sus ambiciones, al menos durante la campaña.
Mirar resultados desglosados siempre ilumina. El voto por Humala es aplastante a lo largo de una franja que va del sur al centro. Y es que en el Perú, hay una rebelión electoral constante de la sierra contra la costa. El candidato nacionalista obtuvo hace una semana, 9 victorias aplastantes en Puno (62%), Cuzco (61%), Tacna (57%), Ayacucho (57%), Huancavelica (54%), Madre de Dios (51%), Apurimac (51%), Arequipa (47%) y Moquegua (47%). A esa zona de alta adhesión, se suma otra contigua, (Ica, Ancash, Huanuco, Pasco y Junín), donde Ollanta triunfa con una moderación que oscila entre el 31 y el 44%. Lima y el Callao, las áreas más pobladas del país, son aislados, pero vigorosos bastiones para las ideas liberales, donde entre el 26 y 28% le dan la victoria al ex ministro Pedro Pablo Kuczynski. Allí Keiko y Humala pierden, aunque reúnen juntos a un poco más del 40%. El nuevo fujimorismo nos muestra que sus adeptos se concentran en 6 departamentos del norte, en creciente cercanía con el Ecuador. Keiko logra triunfos no tan apabullantes como Ollanta, en Tumbes (35%), San Martín (35%), Cajamarca (34%), Piura (32%), Libertad (28%) y Lambayeque (27%). Por su parte, Toledo tuvo que consolarse con el amazónico y vasto Loreto (34%).
Pues bien, a la luz de estas cifras, ¿quién triunfaría en segunda vuelta? Veamos un par de pistas. Suponemos que ollantistas y fujimoristas repetirán su voto. Para gobernar, a los primeros les falta agregar a un 20%; a los segundos, un 28%. Para ello, el 18 y 15% de Kuczynski y Toledo son la principal área de pesca. ¿Cómo marcaran estos electores en segunda vuelta? Los votantes de Kuczynski son sobre todo limeños y de la costa sur (Arequipa, Tacna o Moquegua). La fuerza mermada de Toledo está en 13 departamentos muy variados, donde obtuvo terceros lugares. Todo parece indicar que las bases de Toledo son inexpugnables para Keiko, porque ingresaron a la vida política para derribar a su padre, hoy en la cárcel. Por eso, ese 15% podría anular su voto o inclinarse por Humala. De ese modo, el nacionalista treparía a un 46%, que lo pone a tiro de piedra del Palacio de Pizarro. La incógnita está en el comportamiento de los seguidores de Kuczynski. El Perú respingado y playero tendrá que obligarse ahora a creer que Ollanta no tocará sus arboladas opulencias o que Keiko no le responderá el teléfono a gente como Vladimiro Montesinos.