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"El periódico que queremos"


El domingo 14 de junio de 1998 salió a la luz pública el periódico La Prensa. En enero de 2016 dejará de aparecer en los quioscos. Un grupo de periodistas dirigido por Jorge Canelas, diseñó el nuevo medio de comunicación de acuerdo a una serie de principios, retratados en una especie de decálogo que reproducimos a continuación.

1.- El periódico que queremos será sobre todo un intelectual colectivo, es decir, un equipo de hombres y mujeres dispuestos a entregar sus talentos a la filtración pública de los contornos de la realidad boliviana y de la información internacional.

Concebimos al intelectual colectivo como una institución que procesa datos, los relaciona, los proyecta al futuro y propone un nuevo sentido. En otras palabras, nuestro periódico buscará edificar un horizonte comprensible en medio del aparente caos de los acontecimientos cotidianos.

Dicho en otras palabras, los componentes de esta entidad “cerebral” nos ocuparemos de ordenar, clasificar y jerarquizar la información. Pretendemos ser así el tamiz inteligente de los sucesos. De ahí que no admitamos transformarnos en altavoces del poder o meros notarios diligentes de los actos públicos.

2.- El periódico que queremos será también un gran articulador entre el ciudadano, el poder, los sectores sociales, la Historia y el porvenir. Quienes conformamos sus páginas no sólo valoramos los acontecimientos de los que somos testigos, también incidimos en la marcha de la realidad.

Nuestra tarea será impulsar el diálogo entre los actores nacionales y locales, ayudar a definir la agenda más atinada de los temas de discusión del país y perfilar su resolución favorable al bienestar común. Nuestro diario no sólo presenciará y evaluará los sucesos, será canal de discusión y debate, es decir, fuente de esclarecimiento ciudadano.

3.- Al actuar como un intelectual colectivo y un gran articulador social, el periódico que queremos producirá conocimiento y, por ende, hará que la marcha del país resulte flanqueada de mayor claridad. Nuestra labor diaria busca generar conocimiento relevante sobre nuestra sociedad, su pasado y su futuro. Ese saber se afinca en la experiencia diaria, en la valoración inteligente de los hechos y en su conexión permanente con las tendencias históricas de largo plazo.

4.- El periódico que queremos suministrará el conocimiento que produce de manera didáctica y masiva. No sólo pretende esclarecer la mirada de una reducida élite lectora e influyente, sino del amplio público con capacidad de leer y juzgar. Cuando un grupo selecto, dominante y minoritario se adueña del conocimiento diario ofrecido por el periódico, la comunicación se pone al servicio de un interés mezquino, autoritario y empobrecedor. El periódico que queremos será entonces enmancipatorio, porque buscará hacer que los grandes temas de discusión nacional se abran a la comprensión de la mayor cantidad posible de ciudadanos. Ese podría ser su aporte a la construcción de una democracia más plena.

5.- El periódico que queremos no podrá ser enmancipatorio, si termina acentando sus cimientos en la explotación fabril de sus periodistas. Repudiamos conscientemente la actual lógica industrial del periodismo, el trabajo inhumano, el trasnoche insustancial y la enajenación de la labor informativa. El periodismo debe dejar de ser una tarea esclavizante y embrutecedora para volver a ser un oficio intelectual, analítico y profundo, amante del lenguaje y capaz de alentar el don de la palabra.

Postulamos sin rubores que no habrá buenos periodistas mientras estén obligados a escribir más de dos textos diarios. Así tampoco habrá lectores esclarecidos.

Queremos reposo para pensar, relacionar los hechos, contrastar verdades, detectar las nuevas orientaciones y apropiarnos conscientemente del fruto de nuestro trabajo. En síntesis, perseguimos una revolución estructural en las condiciones del trabajo informativo, un cambio que ponga a los periodistas a pensar y no a perseguir la última exhalación noticiosa del día, esa que la televisión y la radio ya se encargan de recoger con nítida ventaja tecnológica.

6.- El periódico que queremos será pluritemático y plurigenérico por la sencilla razón de que se consagrará más a sus lectores que a sus fuentes informativas. Será un periódico que le dará a la política el lugar que realmente le corresponde y no el espacio sobredimensionado que actualmente posee. Abrirá por ello una rendija cada vez más amplia a las preocupaciones y goces del ciudadano generalmente apartado del poder mas no de sus secuelas. El periódico que queremos reflejará a la gente del poder, pero también y de manera especial, el poder de la gente.

Por esa razón no constará solamente de noticias, el género ideal para transcribir declaraciones oficiales, sino que ofrecerá también entrevistas, reportajes, crónicas y análisis, los géneros creados para retratar procesos más complejos (los hechos que no son lo mismo que los dichos).

Tendrá que ser entonces un periódico escrito con cariño y prolijidad, en lo posible de día y sin el cansancio y la improvisación que hoy nos asfixia.

7.- El periódico que queremos tendrá iniciativa, por lo tanto no será un eco diferido de la información ofertada por los portavoces institucionales. Acudirá a la realidad con ideas elaboradas, con objetivos precisos y una agenda propia. No será entonces un diario pasivo, simple reproductor de boletines oficiales o pescador de datos previamente digitados.

8.- El periódico que queremos será una institución con letras mayúsculas. Sus periodistas y propietarios estarán amparados por reglas claras y transparentes. En él no habrá ni despidos injustificados ni amotinamientos caprichosos. Para impedirlos funcionará un estatuto de la redacción que norme los derechos y deberes profesionales de empleadores y empleados, en el que se regule el ejercicio del secreto profesional, la libertad de conciencia, pero también el derecho a veto del director.

En el periódico que queremos las relaciones de poder estarán claramente definidas, sin hipocresías democráticas ni autoritarismos ciegos. Todo periodista sabrá donde comienza y termina su poder, siempre incrementado por su propia capacidad e idoneidad profesional.

9.- El periódico que queremos será democrático dentro de los límites lógicos de las relaciones entre empleadores y empleados. Nuestra redacción tendrá una representación estable de talante mediador, comprometida al mismo tiempo con la empresa y la verdad informativa. En la misma medida, será un periódico que practique la autocrítica como vía para servir cada día mejor a los lectores.

10.- El periódico que queremos estará comprometido con la profesión periodística y sus ideales éticos. Buscaremos que el modelo de producción informativa de rasgos humanizadores, analíticos, institucionales y didácticos sea en el futuro la mejor forma de hacer un periódico en Bolivia. Ese podría ser nuestro aporte a la profesión que ejercemos con placer.

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