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Acertijos aéreos


Dado que lo ocurrido con el Evo-avión ha extinguido los últimos vestigios de credibilidad de quienes han tratado de hacernos entender los hechos, toca hacer aquí, de la especulación, un arte mayor. No parece haber otra receta para digerir el puré de medias verdades, que tantos embaucadores nos han obsequiado en esta semana. Juguemos pues en las nubes, con las disculpas del caso, y aguardando a ver qué sale.

Hipótesis conspirativa I: Ha sido un intento de asesinar, o cuando menos, secuestrar a Evo. ¿Cómo? Muy sencillo, una vez en el aire, le bloqueamos todos los espacios atmosféricos de Europa para que así, cercado y ya sin combustible, el FAB 001 se precipite sobre Berlín o San Petersburgo. Pero si acaso lograra aterrizar en algún país que, al no ser miembro de la OTAN, haga gala de debilidad, entonces bloqueamos su itinerario hasta que Bolivia nos entregue un rescate, que podría consistir en empresas capitalizadas devueltas a sus eficientes dueños italianos o españoles.

Hipótesis conspirativa II: Ha sido una trampa en la que han caído los servicios de inteligencia del capitalismo. Hemos sembrado pistas falsas para que la histeria de apodere de ellos. Un ministro de Evo se calzó unos anteojos y fingiendo juventud, subió al avión poniendo cara de Snowden. Fue suficiente para que mordieran el anzuelo. Hoy el mundo grita enfurecido contra las potencias del norte y nuestra relación con Rusia ha experimentado una mejora notable.

Hipótesis conspirativa III: Hemos armado todo este revuelo para dejar bien en alto una advertencia a través de las cadenas de televisión del mundo. Si alguien se atreve a concederle asilo al Sr. Snowden, ya sabe a qué atenerse. Vamos a usar todo lo que esté en nuestras manos para impedir que cualquier funcionario de la CIA se sienta tentado a jugar el papel de héroe internacional en el futuro. Queda claro entonces que Estados Unidos no está solo. Nuestros aliados europeos, calladitos y cooperando.

Hipótesis conspirativa IV: Resulta que no solo les hicimos la finta, sino que Snowden ya está a buen recaudo en este paraíso anti-imperialista llamado Bolivia. Hicieron todo para impedir su llegada a El Alto, pero como tenemos un Presidente patriota, que frenó enérgicamente cualquier insinuación para inspeccionar la nave, hemos logrado que en breve, podamos ser capaces de desplazar a Irán o Corea del Norte del noble sitial de enemigo principal de los Estados Unidos. Bienvenido camarada Edward.

Hipótesis a-conspirativa I: Calma, calma. Ha sido un lamentable error que no olvidaremos jamás. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Francia, Rusia, Italia, España y Portugal se equivocaron en estéreo. Estaban bajo el influjo de alguna droga alucinógena. Les juro que creímos ver a Snowden subirse al avión plurinacional. Y, para colmo de males, los rusos confirmaron que no estaba donde lo dejaron; había ido al baño un ratito.

Hipótesis a-conspirativa II: Mil disculpas. Ay, es que esto de los idiomas. Cuando los pilotos preguntaron si tenían permiso de sobrevuelo, estábamos cansados y dijimos instintivamente que no. Cuando reparamos en el error, ya era tarde; el escándalo viajaba ya a velocidad crucero.

Pase usted y llévese la que más le guste.

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